Hace un par de semanas dialogamos con la admirable María Emilia Correa, abogada colombiana y directora de Casa de la Paz, quién han sido una importante protagonista de los grandes procesos y debates mundiales entorno a la sustentabilidad ambiental y social, reconocida, hoy en día como una experta y líder en la materia.
Durante esta inolvidable jornada nos relató sus inicios como activista ambiental y cómo se fue incorporando poco a poco al mundo empresarial, para intentar cambiar desde adentro las prácticas y relaciones de la industria con el medio ambiente y la comunidad.
Hoy en día su trabajo, sus ideales y el amor la han conducido a establecerse en Chile y desde la dirección de una importante ONG cuestionar las paradojas de la responsabilidad social empresarial (RSE) .
A su forma de ver, necesitamos que las empresas cambien su forma de operar para tener un medio ambiente sano y una sociedad más justa, pero lamentablemente muchos han dejado de creer en la RSE y consideran qué es puro marketing, por es decir que es manipulada por empresas que buscan aparecer como responsables pero sin cambiar las prácticas que causan impactos negativos a las personas o a la naturaleza y para colmo se refieren a sí mismas como “empresas responsables” afirmando que el fin justifica los medios y limitándose a cumplir con la ley, controlando solamente los impactos que les resultan más baratos o que les traen mayor reducción de costos, y se presentan como “innovadores, muchas veces manipulando a las comunidades de su área de influencia para ganar voluntades con donaciones poco transparentes, sin una lógica de desarrollo, dejando a las comunidades divididas por generaciones y debilitando su capital social a través de la deslegitimación de algunos dirigentes.
Entre las reflexiones que surgieron se habló de una necesidad de cambios en la legislación que regula la RSE, una mayor transparencia y estudios de los impactos de las empresas en el medio ambiente y la comunidad, el surgimiento de movimientos de la sociedad civil que exija cambios y una reeducación de la población hacia valores y conductas que apoyen la sustentabilidad social y ambiental.
Muchas gracias María Emilia ¡Sos una ídola!!!
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