Estimad@s HUBamig@s!
Quiero
compartir con ustedes las cosechas recogidas en nuestro último Conversando con…
realizado el martes 10 de abril. En esta ocasión tuvimos el agrado de escuchar
a Jennifer Trujillo quien compartió con nosotros sus conocimientos y
experiencias en torno a La Arenera (HUB) en la ciudad de Bogotá-Colombia,
Escuela Guerreros sin Armas y sobre su expedición en la Antártida con el Programa 2041 A
pesar de que fueron muchas las expectativas al iniciar la charla, Jennifer respondió a las distintas inquietudes y nos
inspiró con el relato de sus vivencias.
Al
preguntarle ¿qué es lo que te mueve?, espontánea y emotivamente respondió que
no hay nada que le inspire más que la alegría y sonrisa de los niños! Describió
con detalle la satisfacción que le provoca de involucrarse acompañando y
apoyando en el desarrollo de las comunidades para mejorar la calidad de vida de
sus miembros.
A
partir de ello nos contó la maravillosa experiencia que vivió en Brasil en la Escuela
Guerreros sin Armas, la cual le permitió aprender a intervenir en las
comunidades con absoluto respeto de la realidad de las personas que viven en
ella. Viendo más el vaso lleno que vacío, intervino en una comunidad en extrema
vulnerabilidad en la cual -si bien inicialmente los consideró “locos” por vivir
contentos en una situación precaria rodeados de basura- aprendió a ampliar su
percepción y empezar a valorar distintos aspectos de su entorno y entender cómo
las personas que estaban ahí podían estar contentos. Justamente, el modelo
impulsado por la Escuela de Guerreros sin Armas -nos cuenta nuestra invitada-, parte
por reafirmar las fortalezas de las comunidades y empoderar a sus miembros para
que ellos resuelvan problemas puntuales, mejorando así su calidad de vida desde
una perspectiva del respeto y valoración de la diversidad y la abundancia de la
vida.
Antes
de continuar el relato sobre su experiencia en la Antártida, Jennifer compartió
con nosotros su convencimiento de que cuando uno verdaderamente quiere algo, ya
sea por magia, alineación de los planetas o por suerte, la vida te lo entrega!
Su viaje a la Antártida fue justamente el caso! Si bien inicialmente presentaba
una gran barrera –fundamentalmente económica-, nuestra invitada nos contó cómo,
entre las distintas iniciativas que emprendió para conseguir financiamiento, de
una en una fueron apareciendo las oportunidades necesarias para poder cumplir
su sueño.
Este
viaje fue una invitación a conocer las bellezas y relevancia de la conservación
de la Antártida, fundamentalmente tomando en cuenta de que en esta zona
geográfica se encuentra el 70% de las reservas de agua dulce disponibles y de
que el glaciar cumple una función imprescindible en el funcionamiento de las
corrientes marinas de los océanos, lo cual a su vez incide en la regulación y
funcionamiento de varios ecosistemas vitales para la subsistencia del ser
humano. El objetivo de la expedición fue
(es) concientizar a los ciudadanos jóvenes del mundo quienes, conforme al
Tratado Internacional de la Antartida, en el año 2041 tendrán que votar para
definir el destino y uso de estos recursos. Decisión que es relevante en vista
del cambio climático que estamos experimentando en la tierra, en donde, a
partir del abuso en la explotación y mal uso de los recursos –modelo de desarrollo
que ha demostrado no ser sostenible- el hemisferio norte de la tierra está
experimentando un calentamiento, mientras que en el hemisferio sur hay un
proceso de mayor congelamiento. Todo lo cual -en términos generales- parece
tener explicación en que la tierra, como organismo vivo, busca una manera de equilibrar
la temperatura global –contrario a quienes sostienen que estamos experimentando
un calentamiento global-.
En
este contexto, Jennifer nos invita a ser más conscientes, por una parte, en
nuestros hábitos de consumo (principalmente de productos para cuya confección
se requiere de extracción de petróleo o la minería) para no contribuir a seguir
destruyendo aceleradamente nuestro ecosistema.; y, por otra parte, a promover
políticas de desarrollo regenerativo –ya no sustentable como se venía
pregonando- en vista de las sensibles condiciones del planeta.
Finalmente,
la tercera experiencia sobre la que nos habló Jennifer fue sobre La
Arenera. En relación al colectivo, nos
contó que está en permanente cambio y renovación. De hecho, de los cinco
fundadores iniciales ahora sólo permanece uno y, de la misma manera, el equipo
motor del HUB ha ido variando de personas y número de miembros. Sin embargo, a
pesar de este dinamismo, los objetivos se han mantenido y la complementariedad
de los talentos de las distintas personas han creado sinergias que han
permitido trabajar bien en equipo. Otro aspecto que Jennifer quiso resaltar
sobre la comunidad, es lo que para ella implica formar parte de ella. Esto es, abandonar como principal interés la
búsqueda de un beneficio personal a partir de la comunidad, pensar en que puedo
aportar a la comunidad para solucionar un problema o mejorar un aspecto
determinado que a su vez me beneficie. Es
decir, encontrar valor para cada individuo en el bienestar de la colectividad y
contribuir para ello. En este sentido, parte del compromiso de los miembros de
La Arenera ha sido poner dinero de su bolsillo para sostener la iniciativa y
solo ahora, después de un tiempo, se está logrando alcanzar una cierta
sustentabilidad, logrando solventar ciertos costos, pero sin la promesa ni
objetivo de volver un “negocio lucrativo”.
Por Leonello Bertini.
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